'La casa de los hilos rotos': La historia de Otti Berger. Una novela de Angélica Morales
'La casa de los hilos rotos': La historia de Otti Berger. Una novela de Angélica Morales
La casa de los hilos rotos es una novela basada en la vida de la artista y diseñadora textil Otti Berger, una importante figura de la revolucionaria escuela de arte alemana Bauhaus, que, como muchas de las mujeres de su tiempo, acabó de alguna manera silenciada por la historia.
El texto pretende ser un homenaje a su trabajo. Mujer, comunista, de ascendencia judía, con una trayectoria artística, laboral y emocional fascinante, Berger fue víctima de la Historia con mayúsculas.
"La vida es un telar de hilos vivísimos que se van uniendo formando lo que llamamos destino. Desde el momento en que me topé con la figura de la diseñadora textil Otti Berger, quedé fascinada. No solo por su inmenso talento y arrolladora personalidad, también porque además de tener que luchar contra un mundo hostil y no pocos obstáculos, era sorda desde su niñez, lo que me conmovió enormemente. La admiré por su fuerza de voluntad, por su capacidad de superación que logró convertirla en la diseñadora textil más sobresaliente de la Bauhaus. Sus hilos se unieron a los míos y juntas empezamos a tejer esta historia. Con Otti me unía además de la admiración un sentimiento de infancia. Desde niña he sabido lo que es estar en el lado de las minorías, me gustaba habitar esa periferia del amor, esa penumbra donde todo duele y se hacía difícil respirar. Esta es una historia de amistad, arte de vanguardia, amor, y búsqueda", comenta Angélica Morales sobre su obra.
El pasado de Otti se entrelaza en la novela con la historia actual de Montserrat Ribó y su hija Penélope. Es ella quien descubre los diarios secretos de su bisabuela Mercè Ribó en la casa familiar, un hecho que cambiará por completo su vida y la del resto de la familia. Línea tras línea del diario, Penélope va tejiendo la peculiar relación de Otti y Mercè, dos mujeres que unieron sus vidas en una época convulsa, cuando la barbarie empezaba a afilar sus garras.
Penélope descubrirá que su bisabuela Mercè Ribó, una barcelonesa de clase alta apasionada por el arte y el movimiento de la Bauhaus, viajó hasta Dessau para cumplir su sueño, coincidiendo allí con la enigmática Otti Berger, de la que ya no habría de separarse hasta el inicio de la guerra civil en España. Tiempo más tarde, el destino volvería a entrelazar sus vidas en el campo de concentración de Auschwitz.
La casa de los hilos rotos es un canto a la libertad, a la amistad, al arte, al amor, a la memoria de todas esas mujeres olvidadas. Hilos rotos que renacen en estas páginas para que el lector pueda caminar de nuevo por sus vidas.
Otti Berger
Nacida en 1898 en el corazón del entonces Imperio austrohúngaro, en un pequeño pueblo húngaro llamado Vörösmart, era hija de una familia judía acomodada.
Desde muy niña fue despierta e inquieta y, aunque se quedó sorda a temprana edad, siempre mostró una gran fortaleza y afán de superación.
Amante del telar que ya su madre manejaba, fue introduciéndose con pasión en el mundo del arte, estudiando, tras su formación en Viena, en la Real Academia de Arte de Zagreb e ingresando posteriormente en la Bauhaus, en su nueva sede de Dessau. Pronto destacó entre el resto de las alumnas por su capacidad creativa y de investigación, llegando a ser profesora del taller de tejidos nada más graduarse.
La Bauhaus para ella fue su casa, un mundo repleto de luz y creatividad, una burbuja donde nada importaba salvo la búsqueda de uno mismo y del impulso artístico interior.
Mujer inteligente, cultivada, inquieta, se enamoró perdidamente del profesor de arquitectura Ludwig Hilberseimer, un amor apasionado que no acabó siquiera con la separación de ambos tras el estallido de la segunda guerra mundial, que llevó a la muerte de Otti en el campo de concentración de Auschwitz.
Otti Berger representa a la mujer artista que lucha por abrirse paso por sus propios méritos, simboliza el trabajo constante, la creatividad, el compañerismo, la fe en el arte como proyecto de vida. En la escuela Bauhaus, Otti vivió sus mejores años: amó, experimentó y aprendió lo suficiente como para que, al finalizar su etapa en la Escuela, pudiera abrir en Berlín su propio taller: Atelier de tejidos y vida. Fue la primera mujer en patentar sus diseños. Siempre fiel a sus ideales, luchó para que su voz se escuchara, aunque su voz se extinguiera en Auschwitz.