Para la fotógrafa brasileña residente en Lisboa Danny Bittencourt, la fotografía Fine Art es un estilo artístico sin uso comercial, mas bien una experiencia personal y psicológica tanto del autor como de los diversos intérpretes, con el objetivo de compartir experiencias desde diferentes ángulos de la fotografía.

Según explica Bittencourt en su libro Fotografía Fine Art (Entrelinha Editora, 2022), este estilo de fotografía nace del alma de la persona que lo crea, y sólo quien posee ese pesar puede decir cómo se sintió a sí mismo. «No creo que sea un espacio para notas y sondeos, sino más bien para sentir con los ojos cerrados y consciente».

Hay muchas formas de expresarse dentro del estilo de Fotografía Fine Art, añade Bittencourt, «las motivaciones pueden ser: emocionales, cuando creamos a partir de lo que sentimos; psicológicas, cuando condiciones como la ansiedad y la depresión impulsan nuestro proceso; experienciales, cuando algo que hemos vivido o estamos viviendo es causa transformadora de nuestro ser y ocupa espacio en nuestro pensamiento; críticas, cuando algo nos molesta más allá de lo que hemos silenciado y por eso grita en nuestra obra, pretendiendo hacer eco en el mundo; sociales, cuando consideramos al otro al construir la imagen y pretendemos devolver a la sociedad alguna reflexión con nuestro trabajo. Hay muchas motivaciones, y cada uno tendrá las suyas; es importante identificarlas para ser más consciente a lo largo del proceso creativo. Cada una siente de forma diferente, se expresa de una manera distinta, con una fuerza diferente, y eso es lo que hace que nuestro trabajo sea tan diverso y de autor - ¡agárrate a tus experiencias, son sólo tuyas y nadie te las puede quitar!».

¿Qué características posee la fotografía Fine Art?

La fotografía Fine Art es aquella que nace de las inquietudes del autor, ya sean un recuerdo, un interés, una carencia. Este tipo de fotografía tiene muchas variantes, como la fotografía de autor, la fotografía artística, etc. Lo importante es utilizar la fotografía como una forma de expresión personal, es decir, no está dirigida a un cliente o a un vehículo publicitario, sino a una investigación personal.

¿Cómo fueron tus primeras incursiones en este tipo de fotografía?

Para mí la fotografía Fine Art fue la puerta de entrada a una noción ampliada de la fotografía, ya que como graduada en fotografía acabé centrándome durante mucho tiempo únicamente en cuestiones técnicas, utilizando la fotografía como un fin y no como un medio. Tras cinco años de limitar y agotar la fotografía sobre los pilares del equipo y la composición formal, me sentí vacía y desconectada de la fotografía. A partir de esta crisis, me puse a buscar otras formas de entender la fotografía, ya que en la universidad sólo me daban tres opciones: fotoperiodismo, retratos y eventos sociales. Fue durante esta investigación cuando me topé con el concepto de Fine Art Photography, que todavía era muy tímido, principalmente a través de la mirada de artistas como Brooke Shaden y Martin Stranka. Después de unos seis meses de investigación, empecé a intentar revelar mis primeras imágenes y, entre algunas pruebas, hubo una que tuvo un gran impacto, porque a través de ella pude comprender un sentimiento difícil y complejo en aquel momento y la sensación fue una mezcla de alivio y éxtasis. Hoy intento con mis libros y clases ayudar a mis alumnos a alcanzar esa sensación. Han pasado 11 años de investigación desde aquel día.

¿Consideras que el sentido estético es importante para este tipo de arte y por qué?

Creo que sí, al tener una inspiración directa con las Bellas Artes (traducción literal del término Fine Art), me doy cuenta de que los fotógrafos se nutren visualmente de varios momentos de la Historia del Arte para sus composiciones, como el Renacimiento, el Barroco, el Romanticismo, pero el término está vivo y creo que pasa por varios procesos de deconstrucción de los propios artistas, que acaban desligando el concepto de la necesidad estética de una referencia pictórica. Para mí, lo más importante sigue siendo el punto de partida y el proceso creativo.

¿Cómo utilizas las emociones y los sentimientos en la fotografía experimental?

Todas mis imágenes nacen de una emoción. Suelo pasar por un proceso de identificación de lo que es más agudo en mí, de lo que me desborda. En cuanto identifico el sentimiento, busco la manera de materializarlo a través de una imagen y así la fotografía se construye junto con el proceso de equivocarme y analizar. Como todo mi trabajo presenta formas de sentir, lo que atraviesa toda la producción es precisamente la exposición del sentimiento como forma de validar la vulnerabilidad.

Trabajas principalmente con colores neutros y oscuros.

Por identificación visual. Los colores neutros y oscuros ayudan a construir una atmósfera más profunda y dramática y por eso termino incorporándolos a mi trabajo, que también es profundo y dramático, fortaleciendo así mi narrativa.

¿Cómo consigues transmitir o inmortalizar estas emociones?

Mi objetivo no es transmitir y menos inmortalizar, que me parece imposible, sino ofrecer mi esencia. Mi objetivo no es comunicar, aunque la fotografía es una herramienta de comunicación, sino que quiero desbordar lo que siento en la imagen y sin importar lo que salga y cómo salga, y que ese acto sensibilice a mi espectador para validar mis propios sentimientos. Como el proceso de materializar algo que es invisible es súper complejo e impreciso, no me preocupa que mi espectador lea la imagen o la decodifique, quiero que se conecte desde sus propias experiencias, vacíos y desbordamientos.

Aplicar esa apariencia de obra de arte figurativa sin perder el realismo de la fotografía cómo se consigue.

La fotografía puede tener un componente de objetos materiales, puede caer en la trampa de la descripción. Entonces dos cosas son fundamentales para escapar de este lugar, la primera es una identificación profunda del sentimiento desde una experiencia personal y no desde el sentido común. Por ejemplo, si quiero trabajar la soledad y elijo crear una fotografía basada en un imaginario colectivo, lo más probable es que haga una imagen de un anciano solo en un banco de la plaza o alguien un poco melancólico y literalmente solo. Esta sería una fotografía descriptiva de la soledad, pero no es así como vivo mi soledad, si miro este tema desde mi experiencia personal, llegaré a un lugar de equilibrio, necesito la soledad para regularme emocionalmente, es decir, la soledad. para mí no está relacionado con la tristeza. Si empiezo con mi imagen pensando en el equilibrio, ya voy a hacer una fotografía menos descriptiva. Y la segunda cuestión es intentar no representar una cosa sino presentar la relación con esa cosa. Me explico, en este caso no voy a tratar de representar la Soledad, sino la forma en que me relaciono con la soledad y eso es muy diferente y nos lleva a lugares más profundos y con más espacio para la interpretación.

¿Qué técnica utilizas para lograr esta luz e imagen dramática?

Sólo fotografío con luz natural de ventana —tengo un libro y un curso sobre esto también— porque me da, además de volumen, una textura que me permite reforzar mi atmósfera dramática y profunda, que no sólo se construye con colores, como decía antes, sino que también con iluminación, elección de vestuario, fondo, elementos, etc.

¿Cuál es la importancia del proceso creativo en la fotografía Fine Art?

Es en el proceso donde ocurre toda la magia. Porque empezamos a construir la fotografía con una idea en mente basada en las emociones que hemos identificado, pero el proceso nos trae reflexiones, preguntas que no teníamos al principio y esto cambia las preguntas, nos amplía, nos hace darnos cuenta de cosas de las que antes no nos habíamos dado cuenta. Por eso el proceso tiene que estar hecho de constantes errores, experimentación y análisis. La imagen final estará hecha de todo esto.