El nuevo álbum de Gabriela Beltramino cuenta con arreglos exquisitos que acompañan a la amplia gama de colores que se desprenden de la voz de la cantante argentina, que encuentra ahora una identidad artística más personal, empapada de todas las influencias que absorbió en estos últimos años.

El Camello, el León y el Niño es el segundo álbum de Beltramino luego del celebrado debut con Senses (2015), que la posicionó como una figura del jazz vocal argentino. Esta vez, la artista cordobesa incorpora elementos del folklore nacional y el indie pop para darle forma a un disco conceptual inspirado en la idea de transformación, a partir de la lírica de "Así Habló Zaratustra", el clásico de Nietzsche.

El antiguo universo jazzístico de la cantante se amalgama con la poesía en castellano y la cultura de su tierra natal. Producido por Sebastián de la Riega, el disco se completa con pads, contrabajos, baterías, cuerdas y programaciones, que dialogan con la poética de Beltramino en torno a los límites, la libertad y la fuerza para forjar la propia identidad.

"Cuando las músicas que componen este disco llegaron a mí, estaba preguntándome sobre el peso de límites, la libertad y la fuerza para manifestar la propia identidad. Creo que El Camello, el León y el Niño es una respuesta que me di y que ahora comparto", explica Beltramino.