Después de Lombardía 22, su álbum debut, Yarea se alía con el trío Kickbombo para lanzar No me pasa nada, su segundo EP. La artista española demuestra su camaleónica evolución y abandona su faceta más indie para experimentar con sonidos urbanos y latinos, conformando el que ya es su trabajo más pop hasta el momento.

Tras presentar tres singles previos, Yarea se embarca en esta nueva etapa profesional con cinco temas que van desde la bachata (La Culpa junto a Pole) a la electrónica en Acorralada, sin olvidar la brillante sencillez de sus melodías y letras frágiles en otros como Nada ha cambiado, una de esas canciones que nacen del dolor y, a la vez, sirven como antídoto para sanar el alma.

"Este EP tiene dos caras", cuenta la artista, "habla de esa mezcla entre las cosas que por fuera no se ven y por dentro están explotando, y sobre todo lo que pasa muy deprisa y no me da tiempo a sentirlo".

Así, Yarea da una vuelta total al concepto de canción de autor con su voz única, y una propuesta musical que va mucho más allá del concepto tradicional, ampliando las fronteras de su música con una producción sofisticada de aires urbanos. La voz sigue siendo el principal argumento de sus temas, canciones cálidas y delicadas, con un tono melancólico alejado de artificios.

Un proyecto al que le tiene "demasiado cariño", junto a Kickbombo, que supone un paso adelante para la joven promesa de la nueva escena del pop español. Un "trampolín" hacia un futuro prometedor.