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'Cinturón blanco' de Jorge Drexler, o cómo volver a empezar

'Cinturón blanco' de Jorge Drexler, o cómo volver a empezar

Un mundo construido desde la dificultad y la incertidumbre de los meses más duros de la pandemia y el confinamiento pero en el que, como un revulsivo, nos transporta a un imaginario luminoso y lleno de esperanzas.
Un disco que, según el propio Jorge, ha sido "el más difícil" de su carrera. Entre otras causas, porque la reclusión domiciliaria privó a artistas como él de la oportunidad de testar sus creaciones con otros. "Descubrí que no se escribe solo. Que hasta que no compartes con otra persona, no eres capaz de medir la naturaleza de lo que has compuesto".
Y en parte de eso trata Cinturón blanco, la canción que Drexler presenta. De rebobinar, volver al punto de partida, reiniciarse. Cinturón blanco, que es una canción de amor, está basada, según el propio Drexler, en una historia que le contaron acerca de una escuela de artes marciales, en la que el aprendiz comienza aprendiendo todo con el cinturón básico, el blanco. Tras años de práctica y estudio, llega a la maestría técnica y recibe el cinturón negro. Sin embargo, una vez conseguido el grado máximo, vuelve a recibir el cinturón blanco. Hay que desaprender todo nuestro bagaje para alcanzar la excelencia; para, con nuestra sabiduría y carga, intentar volver a ser principiantes con un cinturón blanco.
Este tema llega acompañado de un videoclip dirigido por la talentosa Joana Colomar, colaboradora ya habitual del uruguayo y responsable también del acompañamiento visual de Tocarte.
El clip es un desafío a la lógica del tiempo y el espacio, y cierra la historia que comenzó en el vídeo anterior. Con una delicada puesta en escena y una coreografía reflejo de este desaprender, de rebobinar al punto de partida para comenzar una nueva etapa que anhelamos.
Esta nueva etapa se hará oficial el próximo 22 de abril, cuando se publique Tinta y tiempo, casi cinco años después de su aclamado Salvavidas de hielo (2017). Un álbum cargado de nombres propios y colaboraciones sorprendentes, como la ya conocida con C. Tangana, además de Rubén Blades, la israelí Noga Erez y el uruguayo Martín Buscaglia.