Joana Biarnés y la moda a pie de calle
Joana Biarnés y la moda a pie de calle
Se dice que la primera fotografía de moda fue realizada cerca de 1850, a la esposa de Napoleón III. Sin embargo, no cobró popularidad hasta 1920, cuando comenzó a utilizarse como herramienta de publicidad y la moda comenzó a ser accesible para el público común.
A partir de 1920, con el surgimiento de los grandes diseñadores y las prendas prêt-à-porter, París se transformó en la meca de la moda y grandes fotógrafos como Horst P. Horst, Man Ray, Cecil Beaton, Edward Steichen y otros, comenzaron a ser tan imprescindibles como la moda en sí.
Posteriormente, fotógrafos cómo William Klein, Richard Avedon y Lillian Bassman lograron captar una estética más minimalista que sus predecesores. Además, se atrevieron a sacar a las modelos del estudio y a utilizar escenarios naturales e inspirándose en el arte y la escultura.
Dentro de esa línea más natural y espontánea de la fotografía de moda, la fotógrafa española Joana Biarnés (1935-2018) fue una pionera, y ya desde principio de los años 60 abordó la moda con la misma proximidad y sinceridad que el resto de temas que documentaba en el campo del fotoperiodismo, y esta es una de sus principales aportaciones. En este ámbito, tan dado a la fantasía y la sofisticación, ella situó a menudo las modelos en la calle, con naturalidad, sin buscar escenarios fastuosos o extravagantes, ni tampoco evasiones estéticas, y captó como nadie en cada imagen la esencia de su tiempo.
Su obra será la protagonista en la exposición Madrid / Moda a pie de calle, que aborda los reportajes de moda que realizó Joana Biarnés entre 1962 y 1972. La muestra, comisariada por Josep Casamartina i Parassols, se podrá ver hasta el 23 julio de 2023 en La Sala Canal de Isabel II de Madrid.
La exposición incluye más de un centenar de fotografías que muestran la evolución de la moda y de la sociedad en una época de cambios trascendentales, como fueron los años sesenta y los primeros setenta. Asimismo, representa una panorámica de la capital española, con sus calles, barrios y habitantes, algo que sería una constante en toda la trayectoria de Joana Biarnés como creadora.
La secuencia fotográfica termina en las Baleares, con la irrupción de la moda ad lib, influida por el movimiento hippy, que en el fondo marcaría el final de una época y el inicio de otra de la que Joana tampoco sería ajena ya que acabaría dejando su profesión para instalarse en Ibiza y abrir un restaurante.