Jacques Henri Lartigue, el precursor del género de la fotografía callejera
Jacques Henri Lartigue, el precursor del género de la fotografía callejera
Considerado como un precursor de la modernidad fotográfica, Jacques Henri Lartigue (Courbevoie, 1894 – Niza, 1986), tuvo, sin embargo, un reconocimiento tardío, que no llegó hasta 1963 (cuando el artista contaba con 69 años) gracias a su primera exposición, que acogió el MoMA de Nueva York, comisariada por John Szarkowski, para quien el artista era un "auténtico primitivo" que inventó la estética de lo instantáneo y dio lugar al género de la fotografía callejera. Ese mismo año la revista Life le dedicó un porfolio que dio la vuelta al mundo e hizo famosas sus obras en blanco y negro, convirtiéndole en uno de los grandes nombres de la fotografía del siglo XX de la noche a la mañana.
Pese a que la idea que ha trascendido sobre la figura de este artista le identifica casi exclusivamente con sus fotografías en blanco y negro, siempre buscó el color, un elemento que desencadena una evolución hacia una verdadera búsqueda estética. Testigo de los grandes avances técnicos del siglo XX, Lartigue hizo uso en sus comienzos de una combinación del autocromo y la estereoscopia con el afán de mejorar su captación de la realidad, hasta que, en los años 50, con la aparición de la fotografía en color, comienza un nuevo camino de experimentación que tampoco parece convencerle del todo.
Tal como escribió en sus memorias, Lartigue considera inseparables la vida y el color, por lo que el uso de este último en su fotografía se produce de forma progresiva y natural. Sus fotografías a color no se conciben sin sus fotografías en blanco y negro, ya que combina constantemente estas dos prácticas, y el color debe considerarse un elemento desencadenante de la evolución de su arte. Junto a Saul Leiter, Lartigue es uno de los pocos fotógrafos del siglo XX que desarrolló su práctica en blanco y negro y en color, ya que los puristas del primero despreciaron el color hasta los años 60, cuando se asentó como medio de expresión artística.
Testigo de un mundo en plena transformación, Lartigue, artista multidisciplinar, escribe, pinta y fotografía para retenerlo todo, para guardar en la memoria "los instantes felices", con el propósito de poder resurgir los instantes vividos y reactivar su recuerdo. Una misión vital que le encomendó su padre, la búsqueda de la felicidad, y que Lartigue persiguió durante toda su vida utilizando distintas herramientas sin encontrar ninguna que le dejase del todo satisfecho. También aquí desempeña el color un papel fundamental, pues la limitación técnica de poder captar esos instantes únicamente a blanco y negro le generaba una gran frustración de la que constantemente buscaba escapar.
Su frustración hizo que abandonara la fotografía y se dedicara a la pintura hasta la aparición de la moderna fotografía a color en los años 50 con la que, esperanzado, comienza un nuevo camino de experimentación que, sin embargo, tampoco parece convencerle del todo. De hecho, esta insatisfacción hace que, al final de su carrera, decida reproducir a color algunas de las fotografías más emblemáticas que había realizado en sus comienzos en blanco y negro.
Lartigue, el cazador de instantes felices. Fotografías a color
Una muestra que recopila 149 imágenes a color de Jacques Henri Lartigue podrá visitarse en la Fundación Canal, en Madrid, hasta el 23 de abril. Esta exposición, que se titula Lartigue, el cazador de instantes felices. Fotografías a color, muestra una parte sorprendente y casi desconocida para el gran público de la obra del artista francés, sus fotografías a color, en la que se muestra una amplia selección. Además, también se exhiben varios bocetos de motivos decorativos para cojines, realizados por el artista, que se exponen al público por primera vez.
La exposición se presenta a través de cuatro ámbitos: tres que se corresponden con los tres momentos en los que el fotógrafo aborda el color a lo largo de su carrera, y uno dedicado a la experimentación que el artista realizó con el color a lo largo de toda su vida, tanto en la pintura como en la fotografía o el diseño. Además, la exposición muestra una selección de fotografías en blanco y negro realizadas por Lartigue y su reinterpretación posterior en color, con el fin de evidenciar la evolución de un artista que no cesó nunca en su misión de captar el sentimiento de felicidad.