El fotoperiodismo contra el olvido de la memoria
El fotoperiodismo contra el olvido de la memoria
La fotografía es una herramienta fundamental para crear conciencia y testimoniar las vulneraciones de los derechos humanos en todos los rincones del mundo, desde Ucrania o Armenia hasta Centroamérica o Europa. Ese es el reto que se marca cada año la organización Médicos del Mundo con su Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, que cumple en esta edición veintiséis años reconociendo la labor de los y las fotoperiodistas que con su trabajo dan testimonio y denuncian las realidades de comunidades en situaciones vulnerables.
El galardón lleva el nombre de los cooperantes de Médicos del Mundo Flors Sirera, Manuel Madrazo, Mercedes Navarro y Luis Valtueña, quienes fueron asesinados mientras cumplían labores de acción humanitaria en países en conflicto armado.
Más de siete mil imágenes procedentes de noventa y cuatro países se presentaron al premio, que reconoció a la española María Clauss por su trabajo 'Donde no habite el olvido' en el que usa la fotografía como "medio" para recuperar la memoria. Así la autora pretende hacer visibles los espacios de represión, las personas represaliadas y sus familiares directos, tras el comienzo de la guerra civil española en la provincia andaluza de Huelva.
"Mi trabajo es una pequeña historia sobre la historia que no debemos olvidar. Este trabajo ha sido un proceso de aprendizaje. Estoy muy orgullosa de ser la primera mujer en ganar este prestigioso premio y doy las gracias a Médicos del Mundo por haberlo creado", destaca Clauss.
Una Mirada Global
El fotógrafo español Santi Palacios se ha alzado como finalista con su trabajo 'La masacre de Bucha', en la que retrata los escenarios dantescos que se encontró la población tras la salida de las tropas rusas de esa ciudad ucraniana, convertida en símbolo de las vulneraciones de los derechos humanos en ese conflicto armado.
"Bucha tiene vigencia no sólo porque la guerra en Ucrania continúa, sino porque lo que sucedió en esa localidad no debe caer en el olvido", asegura el fotoperiodista.
El premio también ha viajado hasta Armenia al reconocer como finalista a la artista Nazik Armenkyan, quien con su objetivo enfoca con gran maestría una realidad invisible: la de las mujeres de su país con VIH, infectadas por sus maridos y doblemente victimizadas, ya que, debido a la tradición o religión, no pueden hablar de lo que están viviendo.
Estas mujeres se enfrentan a una situación extremadamente dura cuando conocen que están infectadas con el VIH. "Muchas de ellas tienen pensamientos suicidas o incluso intentan suicidarse. Es una situación difícil para todas las jóvenes armenias", señala Armenakyan, autora de 'Red, Black, White'.
Además, el colombiano Federico Ríos fue reconocido como finalista en esta edición por su trabajo 'Migrantes atravesando el Tapón del Darién'. Este paso conformado por una escarpada selva entre Sudamérica y Centroamérica es transitada cada año por miles de personas que sufren todo tipo de calamidades en su ruta para alcanzar el sueño americano.
"Lo más doloroso es cómo el mundo ha decidido voltear la mirada hacia otro lado y desentenderse de la migración, que no es un asunto de números menores", enfatiza el fotoperiodista.
Por último, esta convocatoria con marcado carácter femenino, concedió una mención especial a la mexicana Sáshenka Gutiérrez Valerio por su serie 'Jódete cáncer', en la que visibiliza a través de Sandra, una superviviente de una doble mastectomía, las cicatrices de esta enfermedad, a la vez que cuestiona los estándares de belleza actuales.