ER
Mujeres de mar
Mujeres de mar
La playa del Colorado fue para Juana Cáceres Allende, «el lugar donde aprendió la vida de la gente de mar». Su amor incondicional por su padre la llevó a los ocho años a trepar desde el muelle por una escalera de cordel y a esconderse en el bote para evitar el control de la policía marítima. «Me gustaba estar con mi papá y él trabajaba de noche y de día», relató.
A su corta edad ayudaba a su padre con las redes y a los 12 años acompañaba la pesca nocturna. «Trabajaba en redes y remaba, tirando y recogiendo redes, remé hasta los 21 años».
Obtuvo permiso de pescadora artesanal a los 14 años edad. «Fui la primera mujer pecadora y así quedé en el recuerdo de las personas, como Juanita la pescadora».
Sus zonas de trabajo estuvieron en el sector norte de Iquique, «más allá de la punta». Hacia el sur de la ciudad llegaba junto al tío Lay, su padre, a Chanavayita y San Marcos, «caleta por caleta íbamos siguiendo el cardumen».
Vivió tres años junto a su padre en Punta de Lobos. «Toda mi vida ha sido la mar y la pesca como supervivencia, ayudaba también a mi padre a preparar sus herramientas de trabajo, haciendo remos, tejiendo y remendando redes».
Sentada mirando el barrio desde la puerta de su casa, acompañada de su hija y nietos, Juana recuerda jornadas cazando albacoras, tiburones y cojinovas. «No conocí a otra mujer pescadora, menos con permiso. Cuando chica los otros pescadores me hacían pasar por sus botes antes de salir porque les traía suerte, ya cuando comencé a trabajar de noche fue distinto porque tenía responsabilidades, como hacer los registros para salir con el bote a la mar». Asegura que es femenina; «la mar, así es en el lenguaje de los pescadores».
Industria extractiva
En Iquique, durante la década de 1950, la industria pesquera comenzó un nuevo ciclo de progreso con enlatados, aceite y harina de pescado, procesada a partir de capturas que “no guardan respeto por la reproducción de la fauna marina”.
Para Juana Cáceres Allende, a praia do Colorado foi «o lugar onde aprendeu a vida dos marinheiros». O seu amor incondicional pelo pai levou-a, aos oito anos de idade, a subir uma escada de corda do cais e a esconder-se no barco para evitar a polícia marítima. «Eu gostava de estar com o meu pai e ele trabalhava noite e dia», conta.
Desde muito novo que ajuda o pai nas redes e aos 12 anos acompanha a pesca nocturna. «Trabalhei nas redes e remei, puxando e recolhendo as redes, remei até aos 21 anos».
Obteve a sua licença de pesca artesanal aos 14 anos. «Fui a primeira mulher pecadora e foi assim que fiquei na memória das pessoas, como Juanita, a pescadora».
As suas áreas de trabalho situavam-se no sector norte de Iquique, «para lá da ponta». Para o sul da cidade, juntamente com o seu tio Lay, seu pai, ia para Chanavayita e San Marcos, «riacho a riacho seguíamos o banco de areia».
Viveu durante três anos com o seu pai em Punta de Lobos.«Toda a minha vida foi o mar e a pesca para sobreviver, também ajudei o meu pai a preparar os seus instrumentos de trabalho, fazendo remos, tecendo e remendando redes».
Sentada à porta da sua casa, com vista para o bairro, acompanhada pela filha e pelos netos, Juana recorda os dias passados a caçar albacoras, tubarões e cojinovas. «Nunca conheci outra pescadora, nem mesmo com licença. Quando era menina, os outros pescadores faziam-me passar pelos seus barcos antes de sair porque lhes dava sorte, mas quando comecei a trabalhar à noite foi diferente porque tinha responsabilidades, como fazer os registos para sair para o mar com o barco». Garante-nos que é feminina; «la mar, é assim que se diz na linguagem dos pescadores».
Indústria extractiva
Em Iquique, durante a década de 1950, a indústria pesqueira iniciou um novo ciclo de progresso com o enlatamento, o óleo e a farinha de peixe, processados a partir de capturas que «não respeitam a reprodução da fauna marinha».
Utilizada como abono, la demanda de harina de pescado promovió la pesca industrial de la anchoveta, así surgió la empresa pesquera Iquique. Posteriormente, con facilitación tributaria y créditos, fueron puestas en operación las instalaciones de las pesqueras INDO y EPERVA.
Entre los años 1958 y 1972, la industria pesquera registró en la zona norte de Chile promedios de desembarques anuales de 800 mil toneladas. En paralelo, un plan de desarrollo pesquero impulsado por CORFO, acompañaba la inversión urbana en el barrio industrial El Colorado.
Telma y Diamantina son mujeres, comadres, iquiqueñas, coloraínas y poto verde. Cada una bordea los 80 años de edad y juntas recuerdan con paciencia y claridad su vínculo con la mar. «Llegaba de la escuela y en vez de almorzar me iba a bañar a la playa». «De chica íbamos a punta negra, en ese tiempo la mar botaba mucho palo y leña que nos servía para hacer fuego, parece que todo el mundo tiraba leña, veníamos cargados». «La pesquera Iquique daba a toda la gente pescadora madejas de lienza, ahí cada una comenzaba a hacer redes. Casi todas las hermanas íbamos a buscar para a tejer, tenía 13 años».
Utilizada como fertilizante, a procura de farinha de peixe promoveu a pesca industrial do biqueirão, o que levou à criação da empresa pesqueira Iquique. Posteriormente, com facilidades fiscais e de crédito, foram postas em funcionamento as instalações de pesca INDO e EPERVA.
Entre 1958 e 1972, a indústria pesqueira registou desembarques médios anuais de 800 000 toneladas no norte do Chile. Ao mesmo tempo, um plano de desenvolvimento das pescas, promovido pela CORFO, acompanhou os investimentos urbanos no distrito industrial de El Colorado.
Telma e Diamantina são mulheres, comadres, Iquiqueñas, coloraínas e poto verde. Cada uma está na casa dos 80 anos e juntas recordam com paciência e clareza a sua ligação com o mar. «Eu chegava da escola e, em vez de almoçar, ia nadar na praia». «Quando eu era menina íamos a Punta Negra, nessa altura o mar atirava muitos paus e lenha que usávamos para fazer fogo, parece que toda a gente atirava lenha, nós vínhamos carregados». «A pescaria de Iquique dava a todos os pescadores meadas de lona, então toda a gente começou a fazer redes. Quase todas nós, irmãs, íamos procurá-las para tecer, eu tinha 13 anos».
La industria se desarrolló con un criterio monopólico que intentó ser transformado durante el gobierno de Salvador Allende, pero el curso de la historia dejó al sector privado a cargo del negocio extractivo, produciéndose un repunte en los indicadores económicos y la contaminación de la playa El Colorado.
A indústria desenvolveu-se com uma abordagem monopolista que tentou ser transformada durante o governo de Salvador Allende, mas o curso da história deixou o sector privado à frente do negócio extrativo, resultando numa recuperação dos indicadores económicos e na poluição da praia de El Colorado.
Ambas mujeres aprendieron el oficio de rederas gracias a las enseñanzas de sus padres, avezados pescadores artesanales. «Íbamos a la playa para dejar la lienza más tirante y así no nos costaba tanto tejer las redes. Cuando recién llegaron las redes a las pesqueras venían todas alquitranadas, imagínese cómo nos quedaban las manos».
En camiones la empresa pesquera Iquique trasladaba a las mujeres obreras hasta la industria, chamayas les llamaban. “Yo trabajaba en la pesquera Iquique en el pelado del pescado, también en la máquina cortadora y echando sal a los tarros. Había mucha pesca, a nosotras nos llegaba el atún grande y cada una tomaba un ladito para limpiar, muchas mujeres trabajaban ahí, muchas mujeres del Colorado”.
Ambas as mulheres aprenderam o ofício de tecedeiras de redes graças aos ensinamentos dos seus pais, pescadores artesanais experientes. «Costumávamos ir à praia para apertar mais a lona, para não termos tanta dificuldade em tecer as redes. Quando as redes eram trazidas para os barcos de pesca, estavam todas alcatroadas, por isso imaginem como eram as nossas mãos».
A empresa de pesca de Iquique transportava as trabalhadoras para a indústria em camiões, a que chamavam chamayas. «Eu trabalhava na empresa de pesca de Iquique a descascar peixe, também na máquina de cortar e a deitar sal nos frascos. Havia muita pesca, apanhávamos o atum grande e cada uma de nós levava um bocadinho para limpar, trabalhavam lá muitas mulheres, muitas mulheres do Colorado».
Diamantina se mantuvo trabajando en la industria hasta el año 2020. Telma, por su parte, fue despedida en 1973, luego del golpe de militar. Asegura que gran parte de la riqueza obtenida por la pesca industrial fue gracias al trabajo de mujeres.
Después de su desvinculación fundó el club deportivo Nuevo Amanecer. «Había muchos chiquillos buenos para la pelota en el barrio y nos organizamos. El tiempo de antes fue mejor, el progreso trae las maldades más grandes también. A nosotros nos sacaron de Las Cabras, hay vecinas que ya no veo desde que salimos de ahí».
Diamantina permaneceu trabalhando no setor até 2020. Telma, por outro lado, foi demitida em 1973, após o golpe militar. Ela conta que grande parte da riqueza obtida pela pesca industrial foi graças ao trabalho das mulheres.
Depois de sair, fundou o clube desportivo Nuevo Amanecer. «Havia muitos miúdos bons no bairro e organizámo-nos. O tempo anterior era melhor, mas o progresso também traz os maiores males. Fomos retirados de Las Cabras, há vizinhos que já não vejo desde que saímos».
Todas las imágenes © Rodrigo Cavada
Texto e imagens © Rodrigo Cavada