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Veintinueve investigadoras e investigadores especializados en geología, paleovertebrados y paleobotánica, participaron en la novena campaña paleontológica, durante el reciente verano sureño, en la provincia de Última Esperanza.
Fueron dos semanas de campamento bajo condiciones de trabajo muy duras, largas caminatas y ascensos a los montes del sector con viento, lluvia e incluso nieve.
Según explicó Cristine Trevisan, doctora del Instituto Antártico Chileno (INACH) e integrante de la campaña, hoy el visitante ve pampa, valles, ríos y montañas, pero en el pasado algunos de estos sectores estaban cubiertos por el mar o por cursos de agua de los que quedan rastros que el ojo experto es capaz de detectar. "Este año hicimos un trabajo más en conjunto entre la geología y la paleobotánica, o sea, intentar posicionar geológicamente las innumerables plantas que encontramos, como helechos, Nothofagus, con flores, lauráceas, mirtáceas y buscamos hacer un estudio para ubicar las plantas en sus ambientes".
Para Marcelo Leppe Cartes, director del INACH y paleobiólogo parte de todas las campañas en Cerro Guido y el valle Las Chinas, el sector es considerado la piedra Rosetta de la paleontología. "Hoy tenemos una localidad en el extremo sur de América, la más austral con dinosaurios y con muchas otras especies icónicas que habla de una historia desconocida respecto a la relación entre dos continentes: Sudamérica y Antártica y una tercera historia, que es la de Oceanía conectada a Antártica. Es como que, literalmente, tuviéramos tres lenguas distintas que las hemos encontrado en una sola roca y que nos está permitiendo traducir esto".
Estas investigaciones tienen un componente de colaboración internacional, ya que previamente han participado especialistas de Alemania, Japón, Brasil, Estados Unidos y Argentina, entre otros países, quienes han hallado materiales de toda índole, aves y un dinosaurio completo articulado, herbívoro, con placas en la espalda, un ícono en Chile y en la paleontología a nivel mundial.