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El duro invierno europeo amenaza a miles de migrantes

El duro invierno europeo amenaza a miles de migrantes

La situación humanitaria de los aproximadamente 6 mil migrantes
y solicitantes de asilo que se encuentra en estos momentos en Bosnia Herzegovina
se está deteriorando, informa la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF). Los
campamentos formales no brindan servicios adecuados y las tensiones en estos
son frecuentes por lo que muchos optan por permanecer fuera de los campos. Para
MSF la situación es particularmente preocupante en los alrededores de las
ciudades de Bihac y Velika Kladusa, donde más de 3.800 personas se quedan fuera
de los campamentos formales.
Según denuncian desde Médicos Sin Fronteras, aquellas
personas que viven fuera de los campamentos oficiales, las autoridades de Bihac
decidieron trasladarlos a Vusjak, a ocho kilómetros del centro de la ciudad de
Bihac. El nuevo emplazamiento, que funciona desde julio de 2019, ni siquiera
cumple con los estándares mínimos, afirman desde MSF. El camino de acceso es deficiente,
no hay suministro de electricidad, el acceso a agua y saneamiento es muy
limitado. Además, señalan desde la ONG, la zona está rodeada de minas
terrestres y el suelo está contaminado con gas metano.
“El campamento de Vujcak es un lugar peligroso e inhumano,
ninguna persona debería vivir así”, denuncia Nihal Oman, responsable adjunta de
proyecto de MSF. “Las personas llegan a nuestra clínica desde Vucjak en
chanclas, sin calcetines ni abrigos, muchas de ellas con infecciones
respiratorias y enfermedades de la piel causadas por las horribles condiciones
de vida. Es desgarrador verlos y tratarlos sabiendo que al final tendrán que
volver a una tienda de campaña y a dormir en el suelo. Es inaceptable escuchar
que este campo permanecerá abierto. Debería estar cerrado ya”, reclama Oman.
Para Médicos Sin Fronteras, esta población ya está expuesta
a unas condiciones climáticas extremas. Según explican desde la ONG, si no se
toman medidas con urgencia, con el duro invierno bosnio en ciernes, sus
condiciones se deteriorarán hasta poner en riesgo sus propias vidas.
Por las noches, con temperaturas cercanas a cero, casi 4 mil personas tratan de dormir en edificios abandonados y refugios improvisados o en tiendas de campaña en el campamento de Vucjak. Desde MSF afirman que este campo era una solución temporal ofrecida por las autoridades locales en un intento de proporcionar abrigo a los que quedaban fuera de los campos, pero el pasado 13 de noviembre, las autoridades locales anunciaron que el campamento de Vucjack permanecerá abierto durante todo el invierno y se utilizará para albergar a los recién llegados. 
Todo esto sucede mientras la policía fronteriza croata
continúa rechazando a quienes tratan de llegar a Europa empleando una violencia
cada vez mayor. Los pacientes han relatado haber sufrido episodios de violencia
policial y devoluciones en las frontera croata-bosnia.
“Hace dos semanas estaba en ‘el juego’, así es como llamamos
cuando intentamos cruzar la frontera con Croacia”, explica Khaan, una de las
aproximadamente 20 mil personas que han llegado a Bosnia este año con la
esperanza de continuar su ruta hacia el norte. “Pero la policía croata nos
atrapó a todos. Nos golpearon, nos quitaron los abrigos, las mochilas, los
teléfonos, el dinero e incluso los zapatos. Luego nos enviaron de regreso a
Velika Kladusa en Bosnia. En mi grupo también había niños de apenas 12 años a
los que la policía también golpeó. Es lo que siempre sucede”.
Para Muhalli, migrante proveniente de Pakistán, “por la
noche el frío pasa a través de la tienda, y cuando llueve el agua entra dentro.
La comida es muy mala, los baños están tan sucios que no podemos usarlos, y el
agua para las duchas está helada”. Muhalli lleva en Vucjak dos meses junto con
su hermano de 16 años. Mientras habla, sus compañeros hornean panes sin
levadura en un fuego que han encendido dentro de la tienda que comparten todos.