Ayn Rand y La introducción a la epistemología objetivista
Ayn Rand y La introducción a la epistemología objetivista
Los conceptos, el llamado 'problema de los universales', constituyen el tema central de la historia de la filosofía. La validez del conocimiento humano depende de la validez de los conceptos, pero los conceptos son abstracciones o universales, mientras que todo lo que el individuo percibe es específico, subjetivo.
Cuando nos referimos a tres personas como 'hombres', ¿qué es lo que designamos con esa palabra? ¿Qué tienen en común estas diferentes singularidades para que podamos englobarlas bajo un mismo término? ¿Qué es, en la realidad, lo que se corresponde con el concepto hombre en nuestra mente?
Para responder a todos estos interrogantes, la escritora y pensadora Ayn Rand nos ofrece en La introducción a la epistemología objetivista un análisis de uno de los elementos cardinales de su filosofía: la teoría objetivista sobre los conceptos.
En un panorama intelectual copado por la filosofía posmoderna, que sostiene que la realidad se construye por medio del lenguaje y que éste no es más que una convención social arbitraria, Rand se propone demostrar la validez y restituir la dignidad epistemológica del saber conceptual universal.
Dirimir este problema, aparentemente esotérico e intrascendente, es una necesidad crucial para el destino de las sociedades, la ciencia y el progreso.
Ayn Rand
Ayn Rand, escritora y filósofa nacida en Rusia en 1905 y nacionalizada estadounidense, tras publicar sus dos primeras novelas, Los que vivimos (1936) e Himno (1938), el éxito le llegó con El manantial (1943) y La rebelión de Atlas (1957), su obra cumbre. En ellas, Rand desarrolló su filosofía, conocida como Objetivismo, en la que concreta su original visión del hombre como "un ser heroico, con su propia felicidad como el propósito moral de su vida, con el logro productivo como su actividad más noble y con la razón como su único absoluto".
Más tarde, establecería los fundamentos teóricos de dicha filosofía en sus libros de no ficción: Introducción a la epistemología objetivista (1979), La virtud del egoísmo (1964), Capitalismo: el ideal desconocido(1966) y El manifiesto romántico (1969).
Su legado continúa siendo enormemente influyente entre conservadores y libertarios, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, porque choca de frente contra la inercia cultural adquirida, cuestionando el eje misticismo-altruismo-colectivismo y sustituyéndolo por una filosofía basada en razón-egoísmo-capitalismo.