Con influencias que van desde Blondie a Black Sabbath, Dylyn, alias de Gwendolyn Lewis, ha creado un estilo propio que combina la energía cruda del rock n' roll con ganchos pop contagiosos. Hoy comparte su EP Bring On The Blues. Junto con los singles ya publicados, el bailable y brillante Liar, el palpitante Hellbound y su primer single de liberación catártica, Hurt, es evidente que esto es sólo el principio.

Su música oscila como el tiempo. Los estados de ánimo y los motivos se repiten en diferentes coyunturas temporales mientras moldean el futuro. Una confluencia de épocas, estilos y emociones colisionan en Dylyn. La cantante, compositora y disruptora afincada en Vancouver fusiona momentos de euforia, agonía, éxtasis y triunfo en una sinfonía anacrónica de melodías indie-pop, rock pesado de influencia industrial e himnos alternativos.

Bring on the Blues ilustra su hábil manipulación de los extremos. Sus versos humeantes arden como serpientes al acecho para convertirse en ganchos contundentes. La percusión estruendosa y las cuerdas subrayan su desbordamiento emocional mientras canta. Este EP "toca temas un poco incómodos, aspectos de la ansiedad, la depresión y todos nuestros traumas” afirma Dylan. "Plasmamos las experiencias más duras en lo que somos. Expone las partes más oscuras de nosotros mismos. En las épocas más duras de la vida es cuando más he crecido y aprendido".