Cada segundo, un niño ucraniano se convierte en refugiado
Cada segundo, un niño ucraniano se convierte en refugiado
Desde el 24 de febrero, el número de niños y niñas que se han convertido en refugiados en Ucrania es de 1,5 millones, es decir, un millón y medio de niños ucranianos se han visto forzados a dejar sus casas y su país desde el inicio de la guerra. Dicho de otro modo: unos 75.000 niños y niñas ucranianos se han convertido en refugiados al día, o lo que es lo mismo, casi uno por segundo.
Esta crisis de refugiados no tiene precedentes en términos de velocidad y escala desde la Segunda Guerra Mundial, y no muestra signos de desaceleración.
Como todos los niños expulsados de sus hogares por la guerra y el conflicto, los niños y niñas ucranianos que llegan a países vecinos corren un riesgo significativo de separación familiar, violencia, explotación sexual y trata. Necesitan desesperadamente seguridad, estabilidad y servicios de protección infantil, especialmente aquellos que no están acompañados o han sido separados de sus familias.
La forma más segura y rápida de salir de esta catástrofe -de hecho, la única forma de salir de esta catástrofe- es que esta guerra termine y termine ya.
Hasta entonces, deben cesar los ataques en zonas e infraestructuras civiles. Deben cesar porque se están cobrando vidas, porque están obligando a la gente a renunciar a servicios de salud esenciales a pesar de las necesidades catastróficas, porque están provocando que los niños dejen de ir al colegio y porque hay millones de niños y niñas que permanecen en áreas de conflicto en Ucrania.
Vengo de pasar dos semanas en Leópolis, en el oeste de Ucrania, hablando con algunas de las madres, padres y niños que han huido para salvar sus vidas, y algunos de los trabajadores de primera línea que intentan ayudarlos.
Cuando pregunté a los pediatras en Leópolis -que habían recibido a 60 niños procedentes de hospitales de Kiev de la noche a la mañana- cómo se estaban preparando, me explicaron su práctica en priorizar: si muchos niños vienen con heridas de guerra, los médicos utilizan pegatinas para priorizar el tratamiento. La verde significa dejar al niño por el momento; la amarilla, que necesita atención médica ya; la roja, que está crítico; la negra, que no podrán salvar al niño.
UNICEF sigue teniendo un equipo sobre el terreno en Ucrania, y continuamos enviando suministros esenciales. Durante el fin de semana llegó otro convoy a Ucrania, en esta ocasión 22 camiones con 168 toneladas de artículos como kits para matronas, kits quirúrgicos, kits obstétricos, concentradores de oxígeno, neveras, mantas, ropa de invierno, agua, kits de higiene y saneamiento, kits de dignidad, kits de educación temprana y kits de adolescentes.
Además, los equipos móviles de protección infantil han ascendido de 9 a 47 para aumentar los servicios psicosociales y de protección a los niños en todo el país.
Nuestro apoyo, por supuesto, se extiende más allá de las fronteras, para llegar a algunos de los 1,4 millones de niños refugiados. Estamos estableciendo más Puntos Azules -espacios seguros- junto con los aliados humanitarios y las autoridades locales, para proporcionar apoyo esencial y servicios de protección a los niños y familias. Tenemos mensajes sobre seguridad y niños no acompañados a través de chats con bots en Ucrania en Facebook; hemos repartido productos de higiene en los centros de refugiados.
Pero debemos ser claros: a pesar de los incansables esfuerzos de las abuelas voluntarias a los gobiernos, de los scouts a las agencias de Naciones Unidas, mientras esta guerra continúe la situación de los niños solo va a empeorar.
Si deseas contribuir al trabajo de UNICEF es esta emergencia puedes hacerlo a través de este enlace de Unicef.