Son esos rescuerdos, unidos a las emociones del momento, lo que lleva a Osorio a salir a la calle y captar en una imagen todo lo que cree y siente que debe ser retratado, generando la instancia precisa para capturar ese instante único. «Lo importante es lo que transmite lo retratado y al incorporarlo a la calle me lleva a sobredimensionar la fotografía».

«Para cada imagen que capturo hay un trasfondo, es decir, aprovecho cualquier medio que me dé el entorno o el momento, un reflejo, una sombra, o utilizo un cambio de ángulo y, de esa manera, intento retratar de una forma diferente», como un espejo curvo que deforma y altera la realidad.

El resultado de esta Perspectiva alterna de lo cotidiano nace de la paciencia, la prueba y el error, y vuelta a empezar, “aunque en la calle no tienes mucho tiempo y en el error ya puedes haber perdido el instante preciso”. Es un juego, “donde la cámara es mi juguete y la calle mi patio de recreo”.